
Ella bebe veinte copas cada semana,
Cuando se marea se siente una estrella,
Esta vez creyendo que sus ojos doloridos la van a dejar dormir,
Da vueltas en la cama persiguiendo lo que quedó del aroma de él,
Vuelve a estallar en llanto,
Su camisón parece un charco,
Su habitación es su santuario,
Su cama un pañuelo,
Padece de tristeza por aquel que la dejó incompleta.
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