
¿Quien era el maldito?,
¿Fue el olor del humo de un cigarrillo?
¿El cierre abierto de mi vestido?
¿Una excusa o un desafío?
¿Lastimó o mató a aquellos protegidos?
¿Amó u odió lo que había vivido?
¿Fue su consuelo haberme conocido?
¿Lamentó que su amor manifieste castigos exhibidos?
Su cuerpo daba señales de un soldado caído,
Sus labios estaban partidos,
Sus ojos adormecidos,
Sus pulmones sin un respiro,
Sus brazos eran asesinos,
Sus manos el martillo,
Sus piernas las de un herido,
Los pies daban pasos como de un mendigo,
Ya desde que había nacido le habían mutilado los más bellos sentidos,
No tenía sueños ni deseos prohibidos,
No tenía un rumbo establecido,
Ahora si se quien fue ese maldito,
Fue el hombre que a mi corazón su latir había interrumpido,
El hombre que a mi mente había aturdido,
El hombre que a mis ojos había enceguecido,
Fue ese maldito, el hombre que a mi cuerpo lo dejó dulcemente corrompido,…
No hay comentarios:
Publicar un comentario