La mirada que duerme
La mirada que no le pertenece
La mirada hueca
Indecente
La mirada que muere
La mirada ahora ausente
Aún indecente
El presente se borronea en su mano
Queriendo ser estruendo
Un relámpago que va quebrando ese egoísmo
La mirada aún en su retina
Espera, espera que vuelva
La mirada lo aterroriza, le grita
Lo domina
Se come su pútrido interior
Ya nada escandaliza
Ningún escondite pequeño
La mirada sanó la herida
Aquella apuñalada con envidia
Grabada, para siempre en su retina.

No hay comentarios:
Publicar un comentario